¿Por qué es que algunas películas ocasionan que algunos miembros de la audiencia abandonen la sala?... eso me tocó ver en "Pandillas de Nueva York" y es un punto al que intentaré dar respuesta.

Los otros dos análisis que tengo en la página, el de "AMARteDUELE" y el de "Frida", están enfocados en lo que las películas ofrecían a partir de su publicidad. En el caso de "Pandillas de Nueva York", me enfocaré al aspecto del análisis de contenido y forma, en una perspectiva general.

El punto de hacer un análisis de contenido es dar una revisión profunda a los personajes, recursos narrativos, formas de alusión para generar empatía, etc... la mejor forma de hacerlo sería deteniendo la atención escena por escena, por cuestiones prácticas y de espacio, el análisis aquí presentado será a partir de los puntos principales analizados en sus rasgos más notorios, y no tanto en los detalles.

La historia comienza en 1846, momento en que la ciudad de Nueva York se encuentra en plena etapa de nacimiento y en donde los nativos, o sea ya saben... los que nacieron ahí, se encuentran en una lucha de poder contra los inmigrantes que tan sólo buscan la libertad para vivir equitativamente. Durante un brutal enfrentamiento en las calles, el líder de los inmigrantes es salvajemente asesinado ante los ojos de su pequeño hijo Amsterdam, en manos del líder de los nativos, Bill "El Carnicero"... 16 años después, ya convertido en hombre, Amsterdam regresa a Nueva York para vengar la muerte de su padre y luchar por la libertad de los inmigrantes y las minorías. Bueno, se supone que Amsterdam regresa para vengar a su padre y luchar por la libertad, sin embargo, por algún problema de guión o edición, los motivos del protagonista y sus objetivos quedan diluidos en medio de la confusión... y el espectador junto con ellos.

El director Martin Scorsese, me atrevo a decir, hizo una película épica en la cual generar conmoción en el espectador era necesario para darle vida a su historia, lamentablemente su película se queda como una espectacular producción sin corazón. Entre las reacciones del espectador a su película hay las de indiferencia, otras con rechazo y unas muy pocas de admiración. Todo depende de los aspectos con los que el espectador se identifique.

¿Lo vemos?...

Primero hay que definir algo, ¿quién es el protagonista de la película?, ¿Amsterdam o la ciudad de Nueva York?, a pesar de que la trama arranca con la pérdida del padre y que el primer vínculo se genera a partir de la empatía con un niño que se queda solo ante la muerte de su ser más querido, y por la cual al mismo tiempo somos partícipes de los conflictos en juego dentro de la estructura de Nueva York, la historia comienza a perder el interés y el compromiso afectivo de su espectador al narrar su historia a partir de eventos ajenos a la voluntad o decisiones del personaje central... o sea, a partir de los hechos que se desencadenan uno tras otro a lo largo de la historia y que colocan a Amsterdam, nuestro primer vínculo de identificación, más como testigo que como actor. La película se pierde y nos pierde en explicaciones y muestras de las estructuras y convivencias sociales de la ciudad sin explicar el envolvimiento emocional de los personajes.

Este es un punto a destacar... para acercarnos a un lugar, a un objeto o a un evento, primero debe existir un vínculo emocional con el protagonista y ese lugar, ese objeto o ese evento. Aunque uno puede deducir la carga emocional de Amsterdam, la verdad es que después de su regreso tras 16 años de ausencia, lo único que vemos es a un hombre en una ciudad caotica, lo único que vemos es al personaje contemplando su entorno sin especificar que siente, qué busca y qué quiere exactamente... llega un punto en que no queda claro si el chavo en verdad busca la venganza y de qué lado está, así es como la película comienza a perder dimensiones humanas de manera progresiva y los personajes, en especial el principal, se quedan sin el interés y la preocupación de su audiencia.

Los tres personajes centrales alrededor de los que gira la trama, Amsterdam (Leonardo Di Caprio), Bill "El Carnicero" (Daniel Day Lewis) y Jenny (Cameron Diaz). Tienen una dinámica de interacción realmente fragmentada y ligeramente desarrollada en términos visuales y anecdóticos. El guión le da tanto peso al contexto que se olvida en integrar la individualidad de sus personajes en él, quizá el personaje mejor desarrollado y que se acaba robando el interés es Bill, y claro, la actuación de Daniel Day Lewis tiene mucho ver con ello pero si nos fijamos en algo, el personaje de Bill es el único cuyos objetivos de dominar la ciudad, sus motivos de poder y sus torcidas estrategias, lo hacen el personaje que mejor se funde en el contexto y que por lo tanto, mantiene un mayor nivel de integración con la historia.

Amsterdam ve morir a su padre, 16 años después regresa y uno asume que quiere venganza (como espectador de tan terrible evento, uno también quiere que el personaje se venge), sin embargo, acaba siendo la mano derecha de Bill, el asesino de su padre. Durante un gran tramo de la película, en la que Amsterdam trabaja con Bill, nunca queda claro que siente el protagonista, ¿en verdad quiere venganza?, ¿está confundido?, ¿es todo un plan para matarlo después?, se sugieren muchas cosas pero ninguna queda clara, la forma en la que el guión y el director comunican los procesos de transfomación de los personajes, está enmarcada con estimulos muy escuetos (metáforas y gestualidades de los personajes, que por cierto sólo Daniel Day Lewis alcanza, Di Caprio se mantiene inmutable de principio a fin) de los que no se puede llegar a conclusiones precisas. Hay que recordar que el cine, como la vida, es un proceso de asimilación y comprensión ante los estimulos que se presentan y que definen las experiencias, por lo tanto, es necesario que los recursos de comunicación sean claros.

Los momentos de conflicto son presentados al inicio y en el clímax de la película, en toda la parte media, no hay una lucha, un conflicto o un obstáculo a vencer que nos permita acercarnos emocionalmente a los personajes, es en esta parte donde ante la falta de tensión emocional, la película se vuelve aburrida y es cuando algunos miembros de la audiencia se van de la sala. Durante el desarrollo, la trama se enfoca en la política de la ciudad dejando relegados a los personajes, en verdad.... ¿qué sentía Bill por Jenny?, ¿qué importancia tenía Bill para Jenny?, lo de Jenny y Amsterdam ¿era amor o atracción?, ¿de dónde nacía su amor?... éstos son detalles que deben ser expresados visualmente y en circunstancias dramáticas precisas para que el espectador entienda el flujo emocional de la historia y de esta forma, sepa a qué eventos dar relevancia y a cuales no, en fin, para que el espectador sienta preocupación o riesgo por los personajes cuando se enfrentan a determinadas circunstancias y personajes.

En la película son asuntos que se mencionan por encima pero nunca se detiene para conocer, es por eso que escenas como la del teatro, en donde Bill hace un acto con cuchillos utilizando a Jenny, la situación se vuelve confusa ya que no se sabe si Bill va a matarla y la razón por la que querría matarla ya que en ningún momento anterior se ve una dinámica emocional entre ellos, así como no se sabe si a Bill le importe la relación entre la chava y su otro protegido, Amsterdam.

Hay otro momento, el de Johnny, mejor amigo de Amsterdam, que traiciona al protagonista y delata su verdadera identidad ante Bill, ¿por qué habría ésto de importar?... sí, representa un nuevo riesgo para la vida del protagonista ya que hemos visto que Bill es implacable con quien lo traiciona pero, ¿importa la traición de Johnny a su amigo?, honestamente no ya que la relación de Johnny y Amsterdam nunca fue planteada a partir de un vínculo emocional contundente y claro, sin embargo, la traición del amigo era un estimulo que debió haber sido aprovechado para incrementar la simpatía hacia el protagonista.

La historia intenta abarcar tantos puntos que el resultado final queda como una experiencia distante y sin un sentido de integración. Scorsese quiere emocionar con Nueva York y su trágico nacimiento pero ¿cómo puede hacer esto si no le da el peso dramático a sus personajes?, y sí, visualmente la película tiene una puesta en escena poderosa y que en momentos puede resultar desgarradora, pero esto no es suficiente para comprometer a la audiencia si no se cuenta con una dinámica entre los personajes que vaya a la par de lo que se pretende despertar emocionalmente con el contexto.

Por último veamos la secuencia de batalla final, por un lado, como espectadores sabemos la importancia de ésta batalla para Bill, pero ¿qué pasa con Amsterdam?, para Amsterdam es una oportunidad de venganza, y aunque el asunto de la libertad está sugerido, en el personaje central nunca se explica de forma precisa... entonces, la batalla final se anuncia como un asunto de poder para Bill y una asunto de venganza para Amsterdam, ¿no hubiera sido necesario expandir con claridad la visión del protagonista y llevar su lucha a términos más universales?

Al final la batalla no se realiza entre los dos bandos, se produce a gran escala ya que la ciudad es bombardeada, aún así Amsterdam tiene la oportunidad de asesinar a Bill. La escena final es de Amsterdam y Jenny junto a la tumba de Bill y del padre de Amsterdam, intentando simbolizar que aliados o contrarios, todos fueron parte del nacimiento de la ciudad y que unidos, crearon uno de los centros del mundo actual. Por más poético que Scorsese intentó ser, su película es más un asunto de impresión que de emoción, por lo tanto, "Pandillas de Nueva York" se convierte en un espectáculo cinematográfico impecable pero poco trascendental a nivel experiencia.

El lenguaje del director es rico en simbolísmos pero ésta forma de acercamiento, deja confundido a un espectador acostumbrado a ser estimulado en el reflejo de la ficción.

Los fans de Scorsese tendrán mucho que apreciar, pero para el espectador promedio mexicano, la película es una historia larga, aburrida, lejanamente interesante en su asunto e indiferente.

De forma personal la película me desilusionó, la historia merecía dejarme conmovido y reflexionando sobre la forma en que los seres humanos buscamos nuestra libertad y creamos nuestro espacio para vivir, y más me desilusionó porque Martin Scorsese ha contado de las mejores historias que hay en la cinematografía mundial, historias que tienen más que ver con la mirada particular de los seres humanos y a partir de ahí crear un contexto. Quizá por eso le falló ésta vez, por haberse ido primero al contexto, fue que se quedó sin tino para llegar a lo particular.

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